Los créditos hipotecarios pueden refinanciarse según dos circunstancias puntuales para poder modificar su estructura y sus condiciones de acuerdo a tu nueva realidad. Se trata, en palabras más sencillas, de tomar otro préstamo para lograr pagar el anterior. Estos son los dos motivos por los que podrías refinanciar tu deuda y sacar provecho de esta situación:
1-Por problemas económicos:
Nadie está exento de que le pase. Tal vez, en el momento en que adquiriste el crédito podías pagar las cuotas mes a mes de forma cómoda, pero en la actualidad tu situación cambió y estás ante una crisis económica que hace imposible que cumplas con lo pactado con anterioridad. También, puede pasar que se te hayan juntado varias deudas, como la del crédito, algún préstamo personal y de tarjetas, por lo que refinanciar y juntar todas las deudas en una sola es una buena idea que te ayudará a cumplir con todos, tal vez en más tiempo pero en una cuota asequible de pagar.
2-Porque las tasas de interés bajaron:
Otra situación que sucede muy a menudo, es que las tasas de interés bajan respecto a años anteriores, y es conveniente refinanciar para ahorrarte hasta dos años de pagos, por ejemplo. Puede ser que cuando tomaste el crédito las tasas estaban en un 5,3% y ahora hayan bajado a un 4,3%, lo cual te hará ahorrar bastante dinero si te propones refinanciar la deuda. Lograrlo no es tan fácil y no siempre sale bien, por lo que tomar el proceso con seriedad y pidiendo consejos a expertos es la opción más favorable. Refinanciar tu crédito hipotecario en momentos apremiantes o cuando las tasas bajan puede ser la solución que estabas necesitando. Hacerlo en un banco diferente al que tramitaste el primero suele ser lo más favorable. De esta manera, recibirás beneficios que harán que pagues menos por ese crédito tomado con anterioridad y que ya no es tan actual porque la realidad ha cambiado, ya sea por tu economía personal o por la del país.