El nuevo rumbo inmobiliario, hacia una mayor personalización
El sector inmobiliario se dirige hacia una nueva tendencia, donde el intercambio inmobiliario va mucho allá que una simple transacción, donde se firman unos papeles, se intercambia el dinero y se entra a vivir.
Ahora, el análisis y la personalización de este proceso es clave para satisfacer y adaptar la demanda, esto se traduce en beneficios, no solo para la inmobiliaria, también para los compradores de una vivienda. Uno de los efectos de esta adaptación se traduce en una mejora y dinamización de un mercado imprescindible en la economía.
Esta adaptación, por ejemplo, se traduce en el conocimiento de los perfiles de compradores de vivienda. El conocer estos perfiles que están adquiriendo viviendas, puede ser un buen punto de partida en la introspección del mercado, y así encontrar potenciales compradores.
Los cinco perfiles del comprador de vivienda
El ADN del comprador de vivienda se divide en cinco perfiles básicos. Identificarlos y entender sus necesidades y motivaciones, ayuda enormemente al agente inmobiliario a encontrar el producto más adecuado para cada caso en particular y a prestar un servicio realmente eficaz.
Teniendo en cuenta que el chileno promedio aspira -al menos- a la compra de una vivienda a lo largo de su vida, esto es especialmente importante.
El principiante que adquiere su primera casa
Los distintos vaivenes de la economía, los cambios generacionales, las distintas opciones de crédito y muchas veces un contexto laboral específico pueden condicionar mayormente esta primera compra. Con una edad media de inicio actual a partir de los 35 años, este perfil es que el que busca independizarse y suele estar conformado por parejas jóvenes que buscan su primera vivienda o por profesionales recién emancipados de sus hogares nucleares y aun sin hijos.
El que compra a la vez que vende
Se trata del perfil que busca una vivienda de reposición y tiene entre 35 y 45 años, con familia y que busca una vivienda con mayores prestaciones. Por ello no dudan en vender su casa actual para adquirir una nueva.
En muchos casos son también personas por encima de los 65 que buscan hogares más céntricos, o más pequeños, para adaptarse a una nueva situación familiar cuando llega la jubilación o cuando los hijos se van de casa.
Una segunda residencia con diferentes propósitos
Ya sea como segunda residencia de vacaciones o como instrumento de ahorro, es una opción por la que se decantan el 15% de los compradores.
Esta segunda residencia sirve también como instrumento de adaptación vital, y es que, por ejemplo, algunas personas jubiladas optan por alquilar su residencia y comprar una vivienda más económica en un lugar menos urbano.
Inversores menores
Este conglomerado lo forman particulares-nacionales y extranjeros- que desean obtener una rentabilidad a través del alquiler, con una cifra que va cada vez más en aumento casi el 5% de los compradores se decantan por comprar para esta finalidad.
Grandes Inversores
Con una cuota de mercado cada vez más elevada, los grandes inversores son entidades profesionalizadas y especialistas en la prospección de las oportunidades inmobiliarias.
El destino de las viviendas que adquieren se utilizan para propósitos tan variados como arriendo de larga estancia, turístico o para estudiantes.
En definitiva, la radiografía de los compradores presenta unos perfiles concretos que generan una demanda a la que es necesario adaptarse. Por ello es recomendable conocer el mercado, para evitar caer en el vacío donde la oferta y la demanda no se encuentran.