En actual discusión en el Congreso de Chile, el proyecto de un Registro Nacional de Corredores de Propiedades busca englobar todas las actividades que incluyen esta profesión, dejando explícito quiénes pueden ejercerla y bajo qué condiciones. También espera hacer aplicable la ley de derechos de los consumidores y un tercer elemento fundamental, la capacitación, acordando dejar en 200 horas lectivas los cursos que deberán hacer los corredores para acreditar su competencia.
La especialización es determinante y aprobar un examen, como lo hace un médico o un ingeniero, sería el óptimo. Contar con una certificación y la existencia de un registro de corredores de propiedades, son prácticas comunes en países desarrollados.
Un registro nacional de Corredores de Propiedades permitiría mejorar la industria del corretaje y es un paso inicial para ayudar a que estos profesionales se perfeccionen y preparen para competir en un entorno donde las nuevas tecnologías amenazan con rapidez.
Sin embargo, este registro debe tener un filtro inicial que permita que las empresas y personas que se dedican al corretaje tengan un estándar mínimo de calidad. Para ello, debieran ser capaces de aprobar un examen donde una entidad externa y autorizada certifique que un broker o un agente cumplan con los conocimientos y experiencia mínima necesarias para ejercer.
Puede haber distintas entidades certificadoras, como universidades, institutos u otros. No obstante, las agrupaciones gremiales, que agrupan a los corredores, no pueden ser entidades certificadoras, ya que tendrían conflicto de intereses. Aunque estas sí podrían ser entidades de capacitación.
Con este proyecto las ventajas para los clientes son:
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Se genera una vitrina para que los potenciales clientes puedan encontrar fácilmente a un corredor de propiedades por región, por ciudad y por especialización.
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Los clientes accederán a un mejor nivel de servicio, dado que en el registro sólo estarán los que tienen las condiciones y méritos necesarios.
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Contribuye a reducir la asimetría de información que existe entre los clientes (compradores y vendedores) y los corredores de propiedades.
Y las ventajas para los corredores son:
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Con mejores profesionales se perfecciona el rubro, y por ende, la calidad del servicio entregado, aumentando el nivel de posicionamiento y con ellos los negocios.
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Con gente más capacitada se mejorarán los procesos y habrá más eficiencia.
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Se intensificará el uso de tecnología, lo cual profundizará aún más la calidad del servicio y la generación de valor agregado a los clientes.
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Se generará una barrera de entrada para evitar que personas o empresas que no cumplan con los estándares mínimos se conviertan en corredores y desprestigien la profesión con malas prácticas.
Porque un registro de corredores y un proceso de calificación bien diseñado son muestra de orden, transparencia y modernidad que beneficia a la industria inmobiliaria y mejora la imagen país. Promueve la adopción de tecnologías que permiten mejorar los procesos y las experiencias de los clientes, y aumenta la cobertura de las ventas y arriendo de propiedades a nivel internacional, al ser una señal que atrae positivamente a inversionistas extranjeros.
Modernización y tecnología
Pero un registro de corredores es también un signo de modernidad de este oficio, la que va de la mano del conocimiento y del uso de tecnologías. Al existir una certificación de los corredores, lo que se logra es aumentar el nivel de los mismos y por tanto modernizar la profesión.
En Chile, actualmente, cualquier persona o empresa puede ejercer la función de corredor de propiedades, con lo cual existe una alta diversidad en las prácticas, ética y procesos utilizados, así como en el nivel de conocimientos de las personas.
Hay personas que sólo por tener una amplia red de contactos se han convertido en corredores, sin necesariamente entender conceptos básicos como procesos de negocios, contratos, aspectos legales, herramientas tecnológicas básicas, negociación, entre otras. En países desarrollados, se requiere contar con una licencia para ejercer como broker o agente. Para ello hay que prepararse y aprobar exámenes, como lo hace cualquier profesional.